Trabajamos para abordar las dificultades (relaciones conflictivas entre padres e hijos, conflictos entre hermanos, problemas para establecer y cumplir las normas, etc.) y fortalecer paralelamente los vínculos y dinámicas positivas de cara a favorecer el desarrollo y bienestar de los distintos miembros de la familia.
A menudo la familia se ve envuelta en dificultades que bloquean su desarrollo y generan sentimientos de angustia, culpa e indefensión. Con frecuencia, sin querer, los miembros de la misma mantienen e incluso agravan los problemas que les preocupan. Trabajamos en estos casos para que analizando y generando alternativas de cambio, los miembros de la familia formen parte de la solución y no del problema.
Desde una alianza terapéutica con las familias basada en el respeto, la confianza y el optimismo se construyen nuevas dinámicas de relación familiar que constituyen el proceso de cambio.